14.8.05

Verdades politicamente incorrectas

SE ha puesto de moda motejar a Huntington y su «choque de civilizaciones». El progre dice eso de que son pobreza e injusticia las que traen el terrorismo. La famélica legión. Sin embargo, hay pobreza, hay injusticia, pero los autores del 11-IX, el 11-III, el 7-VII y tantos otros crímenes, no sufrían eso. Y utilizaron la técnica y el dinero de Occidente contra Occidente. ¿Por qué?

Por odio. Algunos musulmanes se sienten amenazados -y agreden. Para ellos Occidente (judíos, rusos, indios incluidos) les ha expulsado de sus tierras legítimas: las de España, Sicilia, Chechenia, Israel, Cachemira, Filipinas, etc. Históricamente, ellos habían invadido antes.Pero no es esto lo peor. Toda una cultura, toda una sociedad se sienten invadidas por la técnica, la medicina, las artes, la economía, la libertad, la igualdad de las mujeres, el laicismo. Todo el que escribe una novela o pinta un cuadro o es demócrata en el mundo árabe, occidentaliza sin querer.
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No, por Dios, no estoy diciendo que Islamismo sea sinónimo de terrorismo. Pero la suya es, en lo esencial, una sociedad cerrada, teocrática, que se siente amenazada. Su franja lunática se estremece, se dispara. Los demás fluctúan entre la tradición y la modernidad. Y tienen miedo.
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Pero, entre tanto, ahí están los terroristas. Y su base: los musulmanes semioccidentalizados, antioccidentales de Arabia, Alemania, España, Inglaterra, Francia. Porque el musulmán aislado es un ser humano como otros, eso se ha visto mil veces. Pero encuadrado por sus imanes y sus mezquitas es un riesgo que Europa no habría debido aceptar. Viven de Europa y América y del dinero que reciben (por su petróleo o su trabajo) sacan las armas asesinas. Son una minoría, pero demasiado grande, demasiado bien arropada.

Un poco de historia es necesaria: hoy se sustituye por varias paparruchas. Muchos la oyen con disgusto. La verdad es amarga. El Cristianismo, nacido de una escisión del judaísmo, fracasó en Israel, pero creció en la diáspora judía helenizada de Egipto, Siria, Roma, otros lugares. Frente al desmadre social y ético de tantos griegos, orientales y romanos, a su falta de fe e íntima inseguridad, sentó una nueva Verdad. Un Salvador, un mandato de amor, el Bien y el Mal, el Paraíso y el Infierno, el Perdón, una vida reglada. Libertad y democracia, ciertamente, cero. Y abominaron del teatro, de mil inventos de los griegos (que luego han vuelto).
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Pero fue liberalizándose poco a poco: es una larga historia, me tienta escribirla, pero no aquí. Platón y Aristóteles y los griegos en general (no todos, ciertamente) fueron clave en esa inflexión. Y la libertad y la nueva creatividad crecieron, ya se sabe, en la Edad Media, en el Renacimiento, luego, ahora mismo. Hubo choques terribles entre Cristianismo y mundo nuevo. Pero al final, entre mil problemas, hoy existen un Cristianismo y un Socialismo y un Conservadurismo democráticos, entre otros «ismos». En estas estamos, mejor o peor, según fechas y lugares.

Pues bien, a lo que voy: nada de esto en el Islam. Constituyó, en el siglo VII, otra reacción conservadora frente a una sociedad declinante. Otro Monoteísmo, muy rígido, con el Bien y el Mal, el Cielo y el Infierno, la Teocracia. Con diferencias, por supuesto. Pero sobre todo una: no invadió el mundo desde dentro aprovechando sus debilidades, como el Cristianismo, lo conquistó desde fuera con la espada.

De diálogo, alianza de civilizaciones, «todos somos andaluces», poco. Un gran intercambio, sí, de elementos materiales, pero ideológica y socialmente, Occidente e Islam se dieron las espaldas. Lo esencial: el Islamismo jamás se asimiló, como tantos pueblos y religiones, a la tradición greco-romana, la que hizo posible la apertura de Occidente a una nueva sociedad, a una literatura y un pensamiento más abiertos. Jamás. Pese a los influjos helenizantes en los siglos del VIII al X u XI, occidentalizantes desde el XIX, en su línea central los musulmanes han mantenido un pensamiento conservador estable, teocrático.

El del siglo VII, digamos. El siglo más estéril de la Historia (no en el caso de España). Para desdicha de todos. Imposible, salvo excepciones, la asimilación a la línea helénico-occidental de la historia. Este es el choque: es necio negarlo.

Porque se habla mucho de los califas ilustrados - Harum al Rashid, Al Mamún, Al Mansur, los fatimíes de Egipto- que hacían traducir al árabe la sabiduría griega que luego creció en el mismo mundo árabe (Al Andalus incluido, por supuesto) y pasó a la Cristiandad, en latín o castellano, a través en parte de España. Hubo el notable intento de combinar el Corán con Platón y Aristóteles, paralelo al de Santo Tomás y otros entre los cristianos.

Quedó en nada. ¿Por qué esos admiradores del Islam medieval (con razón, pero sin ella en sus ataques al Cristianismo), por qué no dicen que esa flor se agostó en el siglo XI, con los selyúcidas, los almorávides, los almohades? ¿Que Averroes, un aristotélico, acabó confinado en Lucena, Al Motamid desterrado en África? La concordia entre el Corán y los griegos fue imposible y los filósofos fueron tenidos, más o menos, por heréticos. En Occidente triunfaron, en el mundo musulmán no. Y el Islam se volvió impenetrable, esta es la cuestión. La base de todo.
Bem, acabei por citar grande parte do texto, mas penso que vale a pena lê-lo.